INJUSTICIAS Y BAJAS LABORALES
Cuidado con las palabras equivocas. Al minimo descuido nos cuelan por la puerta falsa (¿dónde estará la puerta falsa del cerebro?) y acaban moldeandonos el pensamiento.
Como quien no quiere la cosa, el termino 'absentismo' se ha convertido en sinonimo de incapacidad laboral cuando, según el diccionario, se refiere exclusivamente al abandono deliberado o por costumbre del trabajo. Nada que ver con las situaciones de baja originadas por una enfermedad que incapacita temporalmente para la tarea habitual y que no pueden considerarse, por tanto, ni deliberadas ni fruto de la fuerza de la costumbre.
Una vez el termino absentismo asienta sus reales en el campo del raciocinio, el siguiente paso es considerar sospechoso de fraude a todo trabajador de baja, culpabilizarlo por la duración del proceso o, incluso, responsabilizar al sistema de seguridad social por favorecer que el susodicho siga de baja cobrando tan ricamente. Deduzcan las politicas que puede alumbrar este razonamiento: presión cuasi policial sobre el trabajador perjudicado y recorte de prestaciones
Nada de esto se apoya en un análisis riguroso. Sólo responde a una deformación del problema interesada, es decir condicionada por unos intereses, los de la patronal.
Una reciente investigación ha demostrado, además, que cuando un trabajador considera que su lesión se debe a una situación injusta, la propia percepción de injusticia se convierte en un factor de riesgo que influye directamente en una más lenta recuperación física. Los psicólogos postulan que ello se debería a que dicha percepción focaliza la atención individual en el carácter injusto de la lesión o accidente y dificulta el esfuerzo rehabilitador. Más que de bajas injustificadas deberíamos hablar, pues, de bajas por injusticias.
También hay evidencias de que la duración de las bajas por lesiones osteomusculares se reduce casi a la mitad cuando la empresa se aviene a adaptar la tarea a la nueva condición del trabajador, promoviendo su participación y atendiendo sus aportaciones. Una buena alternativa frente a las políticas persecutorias.
La injusticia exige reparación. Es un contrasentido que la víctima acabe siendo culpabilizada por el daño que otros le han infligido y, lo que es peor, devuelta a una situación en la que la vulneración persistente de sus derechos acabará comprometiendo nuevamente su salud. Y mientras tanto los verdaderos responsables ejerciendo de acusadores. Sin ningún rubor. Tan ricamente.
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